Porque se apodera de mi,
el sueño y su canto,
adormece mis sentidos en vil despedida,
despedida de día, y su lumínico ensueño;
de palabras dichas en su armónico lienzo.
Da la bienvenida a mi nueva conciencia,
que de inconciencia viste mis ojos fugitivos,
mientras,
se apodera de mi cuerpo de semilla,
de mis labios quietos, de mis pies dolidos.
Me abraza un tal morfeo,
mientras me acuna,
y borra de mi inconciencia la esperanza de ensueño,
aquieta en sus brazos de casa,
cualquier miedo que oculte mi sueño.
así me entrego a sus brazos marinos,
que acunan delfines y sirenas aladas,
que acuna mis desdichas en bello conteo,
fluyo como la brisa y el agua
cierros mis ojos y duermo.
Preparant el carnaval
Hace 7 años